Aquel año, el Real Valladolid se quedó a las puertas del ascenso, y para la siguiente temporada se contrató a Perico Torres, que falleció de manera repentina y provocó una fuerte inestabilidad en el banquillo pucelano que acentuó la crisis de la institución. Es la que Iker Casillas empleará esta nueva temporada para olvidar el mal año 2013 iniciado con la bronca con Mourinho y su suplencia tras su larga lesión.