A pesar de otra impresionante campaña de clasificación y el regreso inesperado de Henrik Larsson, Suecia llegó al torneo en Portugal con pocas expectativas. En consecuencia, Suecia fue eliminada. En el marco internacional, alcanzaba su décima final de la Liga de Campeones venciendo en el camino a escuadras como el Manchester United (en octavos de final y ganando ambos cotejos), el Inter (en cuartos) y el PSV (en semifinales y gracias a un gol clave en los últimos minutos de Massimo Ambrosini en el partido de vuelta).