Cerca de él estaba el estadio Vicente Calderón, que de hecho se inauguró con el nombre de Estadio del Manzanares, aunque a principios de los 70 cambió de nombre. Como era de esperar, la anchura y el número de rayas funciona bien, y en general es un intento positivo por parte del Oporto y de New Balance. Esa misma mañana, en El País, Ramón Besa escribió ‘ahora sí estoy convencido de que es el mejor de la historia’.